Sin electricidad, muchas personas en México no tienen acceso a la educación.
Aparatos, accesorios y equipos eléctricos brindan una mejor calidad educativa, ayudan a un mejor desarrollo y garantizan el cuidado de la salud e integridad de los estudiantes, docentes y visitantes.
Si bien la educación es un derecho básico, mantener seguros a los niños y niñas en horario de clases o durante actividades extra escolares, también lo es, de lo contrario, se violan los derechos a la protección de la vida e integridad física. Un niño es todo ser humano menor de 18 años de edad y por ley tienen derecho a medidas especiales de protección
Dentro de una escuela son los niños las personas más vulnerables, debido a que sus capacidades de protegerse por sí mismos, aún no están desarrolladas.
El riesgo de recibir una descarga eléctrica es alto, debido a la curiosidad propia al descubrir su mundo cuando se tienen cables o aparatos al alcance de su mano y esto se puede resolver aplicando medidas de seguridad que se pueden observar a simple vista.
Sin embargo, la desventaja para ellos es aún más grande cuando ante eventos no visibles como un corto circuito, se presentan y ocasionan un chispazo o un incendio que generan humos y gases tóxicos.
Si el riesgo de quemaduras, de electrocución o perder la vida por intoxicación es alto en una persona que puede correr y salvar su vida, éste es aún mayor cuando un menor no tiene las capacidades de correr o de decidir cuál es lo mejor para proteger su vida.
La energía es vida, pero cuando se pierde el respeto por la vida humana, y se anteponen intereses económicos o malas prácticas de instalación, la energía cobra vidas.
La educación, cuidado y atención en los centros escolares (llámense universidades, escuelas o guarderías) son significado de una vida mejor para padres y estudiantes, sin embargo, la arbitrariedad, la negligencia y el abuso del poder de los responsables de mantener la seguridad eléctrica en las escuelas, cambia para siempre la vida de una familia después de un accidente eléctrico.
Cuidar niños no es tarea sencilla, es lo más delicado que puede haber, es la responsabilidad más grande. Y la seguridad eléctrica no se puede delegar a “Don Toques”, alguien que no tiene competencias y solo le importa que haya “luz”.
En tu escuela, ¿Cómo se vive la responsabilidad y seguridad eléctrica ⚡?