Nuestra agitada rutina diaria no nos permite valorar los recursos que tenemos alrededor. Pensamos que las “cosas” se dan en automático, que siempre están pendientes de nosotros para complacernos
Se cree que los recursos básicos como el agua y la electricidad son gratuitos, que sólo basta con abrir la llave del agua para llenar un vaso o conectar un teléfono para que se encienda.
Imaginamos que la electricidad se da como la luz del sol, de manera natural y gratis, así mágicamente, sin que tengamos que mover un dedo.
Sin embargo, para que la leche llegue a tu mesa, alguien tiene que alimentar la vaca, levantarse temprano, ensuciarse con excremento, ordeñar la vaca, recolectar la leche, procesarla, envasarla, transportarla y distribuirla para que finalmente llegue a tu hogar.
La energía eléctrica llega a tu casa o centro de trabajo de manera similar: hay una central que tiene que ser alimentada para generar electricidad, alguien tiene que estar pendiente las 24 hrs de su producción, alguien más de su calidad, su transporte, su distribución para que finalmente puedas trabajar, cocinar, lavar, cuidar tu salud, estudiar o simplemente divertirte.
Durante el camino hay un grupo de personas talentosas que sufrieron insolación, descargas eléctricas o perdieron la vida al llevar electricidad.
La energía eléctrica genera bienestar para tod@s, es clave para el crecimiento de la economía, el futuro de México y una mejor calidad de vida.
Pero también su uso y consumo RESPONSABLE es clave para detener el impacto en el medio ambiente.
Todos somos uno y lo que pasa en el otro extremo del planeta te afecta a ti, a tu familia, a todos.